Un comprador tiene que sentirse cómodo y seguro desde el primer momento. Cuidar los detalles desde el principio genera confianza. Esto establece un vínculo emocional, que puede ser el desencadenante cuando un posible comprador está indeciso entre dos viviendas. Por lo tanto, no olvides hacer una limpieza exhaustiva de todo el inmueble, y que esté ventilado para cuando llegue la visita.
Ofrece gel hidroalcohólico antes de entrar y ve en todo momento con la mascarilla puesta. En ocasiones, al ser nuestra vivienda no caemos en este detalle y puede generar malestar a la visita.
Después de mostrar la vivienda, haz una desinfección de superficies, sobre todo de los pomos de las puertas, que es lo que más se suele tocar. Ten en cuenta que si estás viviendo en ella, la seguridad también es para ti.
Haz que tu hogar esté libre de Covid-19 y estés seguro en todo el proceso de venta.
4. No definir el tipo de comprador.
Un error muy común es no filtrar. Todas las viviendas no son para todo el mundo. Tu vivienda tampoco.
Lo que hacemos en Fincas León, y es lo que nos permite tener clientes fidelizados, es elaborar un perfil del comprador. Así sabemos qué ofrecer y aumentamos notablemente el éxito. Tenemos casas que hemos vendido en 2 visitas. Y ejemplos así tenemos muchos.
Se trata de una cuestión de coherencia y de respeto hacia ambas partes. Tanto para ti como vendedor, como para el que está buscando comprar.
Estamos muy acostumbrados a escuchar a los clientes decir que se han marchado de algunas inmobiliarias por no sentirse escuchados, por sentirse hartos de ir a ver viendas que no eran para ellos. De igual manera, te recomendamos que tú también lo hagas. Porque si no, serás un guía turístico y al cabo de unas semanas estarás harto de estar enseñando la casa sin obtener ningún resultado.
5. Creer que no necesitas a un profesional.
Si estás pensando que una inmobiliaria solo está para enseñar tu casa y cobrar una comisión… estás cayendo en un error frecuente.
Pero es normal. Durante el boom del ladrillo, también hubo mucha gente sin preparación que se subió al tren, sin tener ni idea de la profesión. ¡Así, porque sí! Ser agente inmobiliario es una profesión muy seria. Tienes que tener unos conocimientos. Pero por encima de todo, unos valores inquebrantables, como la transparencia y la honestidad, entre otros.
Desgraciadamente, hemos visto cómo arpías sin ética ni escrúpulos han vulgarizado esta profesión, aprovechándose del desconocimiento de la gente. Y claro, si tú también has tenido cerca un vecino o familiar que de la nada se ha hecho inmobiliario, te has forjado una falsa creencia de que vender tu casa es coser y cantar.
Apoyarte en el asesoramiento de un profesional experto en el sector amplía la garantía de éxito. Te aseguramos que se venderá mucho antes que si lo intentas por tu cuenta.
Piensa que no solo es por el asesoramiento que te brindamos, en cuanto a que somos expertos y llevamos desde 1990 analizando el mercado, y hemos ayudado a más 4000 familias durante todo estos años. Sino porque además, nosotros tenemos una cartera de clientes filtrada y preparada para comprar. Quien recurre a una inmobiliaria para comprar una vivienda es porque lo tiene claro, no es un mero ojeador.
La valoración del inmueble, la adecuación de la vivienda, la negociación de la venta, la preparación de toda la documentación necesaria para la transacción o las recomendaciones en cuestiones legales, son aspectos en los que también ponemos el foco.
Para que todo el proceso de venta sea un éxito.