En el post anterior te hablamos sobre cuatro errores que se suelen cometer a la hora de comprar una vivienda, relacionados con la economía: hipoteca, situación financiera, etc.
Pero en la decisión de compra entran en juego las emociones y la subjetividad, y también somos susceptibles de cometer errores en este sentido.
En este artículo queremos hablarte sobre ellos y explicarte cómo evitarlos.
#1: Precipitarte
Parece algo inverosímil ¿verdad? ¿Quién va a ser tan incauto de precipitarse en algo tan importante como la compra de una vivienda?
Pues es un error que se comete y más a menudo de lo que podrías pensar.
Vas a visitar la primera casa y… ¡zas! Te enamoras de ella. Te parece perfecta:
tamaño, habitaciones, zona, precio…
Aún cuando te encuentres en esta situación, no te quedes con la primera vivienda que visites, por mucho que te guste. Mira todas las que sean necesarias y haz comparativas entre ellas. Quién sabe si la cuarta que mires no te gusta más que la primera.
Además, no solo debes considerar que la vivienda se ajuste a tus gustos, necesidades y presupuesto. Analiza bien el barrio, el vecindario, si la vivienda tiene cargas, si tiene desperfectos, el estado general del edificio, etc. Debes conocer hasta el último detalle del inmueble, el edificio y la zona.
Así que aunque sea romántico, dejarte llevar solo por el corazón no es nada recomendable para tomar la decisión de comprar una vivienda.
#2: Pensar solo en el presente
De nuevo una idea muy bonita… vivir el presente. Pero no lo es si hablamos de comprar tu casa.
Debes incluir tus planes de futuro en la decisión de compra. ¿Piensas aumentar la familia? ¿Actualmente no trabajas pero prevés hacerlo pronto? ¿Tienes hijos mayores que en cualquier momento se independizarán?
Lo sabemos, tú no tienes una bola de cristal para saber todo lo que va a suceder el día de mañana. ¡Nadie la tiene!
Pero tener en cuenta al menos tus perspectivas de futuro evitará que compres una casa demasiado pequeña, demasiado grande o muy alejada de servicios como colegios u hospitales.
Imagina por ejemplo que tú y tu pareja os decidís por un pequeño estudio en una zona apartada. ¿Qué pasará si dentro de unos años tenéis hijos? Ese estudio tan estupendo se quedará minúsculo y llevar a los niños al colegio será una complicación diaria.
Dentro de lo posible, trata de tener muy claro qué quieres y qué no para el futuro, y adecúa la compra de la vivienda a estas expectativas, aunque ello suponga gastarte un poco más de dinero.
#3: No elegir bien la ubicación
Estudia muy bien la zona en la que quieres comprar y, de nuevo, no te dejes llevar únicamente por gustos o emociones.
Por ejemplo: no te fijes solo en la calle donde está la vivienda que te gusta. Analiza las calles colindantes y el barrio en general.
¿La zona se está revalorizando o está en declive? Es fácil saberlo si observas los planes urbanísticos: si se están construyendo o renovando más viviendas y servicios o si, por el contrario, las edificaciones y el mobiliario urbano están dejados.
De este modo, si en un futuro quieres vender, podrás obtener más dinero del que pagaste o, por el contrario, tener que vender por debajo del precio (un escenario que nadie quiere).
#4: El tamaño sí importa
No decidas el tamaño de la vivienda que quieres basándote solo en tu situación familiar actual.
Como te hemos dicho antes, quizás ahora no tengas hijos pero tengas planes de formar una familia pronto. O de ampliarla.
Es cierto que más m2 suponen pagar más dinero, pero aun así quizás te compense a largo plazo invertir un poco más y no tener que pensar en mudarte cuando tu familia crezca.
Muchos estudios apuntan a que la mayoría de los cambios de vivienda se deben a la necesidad de más espacio.
Pero tampoco se trata de irse al otro extremo y comprar una casa enorme. En primer lugar porque los gastos de luz, calefacción, etc. van a ser más elevados. También vas a tener que dedicar más tiempo a limpiarla y mantenerla.
Así que calibra bien cuáles son las dimensiones ideales de tu vivienda, teniendo en cuenta tu situación presente y tus expectativas a medio plazo.
#5: No hacer todas las preguntas
Eres una persona considerada y no quieres agobiar al propietario con cientos de preguntas.
Pero quedarte con dudas, más que un gesto de consideración hacia la otra persona, lo es de desconsideración hacia ti mismo.
No te puedes arriesgar a comprar una vivienda teniendo dudas sin resolver acerca de ella. Pensando que “bueno, esto tampoco tiene tanta importancia”. Para tomar una buena decisión necesitas tener mucha información, y para obtenerla, sí o sí deberás hacer preguntas.
Así que no te cortes y expón todas tus dudas al propietario o inmobiliaria.
#6: No contar con asesoramiento
“Todo el mundo compra una vivienda, tampoco será tan difícil, puedo hacerlo solo”. ¡Error!
Comprar una casa significa realizar muchos trámites: negociar la hipoteca, escriturar, pagar impuestos, hacer estudios y comparativas, etc.
Cuenta con expertos que te asesoren en el área financiera, que conozcan los precios y la evolución del mercado, que sepan si una vivienda está o no en buenas condiciones más allá de lo visible.
Lo ideal es que confíes en una inmobiliaria que no se limite a “enseñar pisos” sino que te dé un servicio integral de acompañamiento en todo el proceso de compra.
#7: Querer una casa sin fallos
De verdad, no merece la pena que te obsesiones con cada fallo que encuentres en las viviendas que visites. Siempre va a haber cosas que te encanten y otras que no te gusten tanto.
Si se trata de cosas como unos armarios de la cocina que no te gustan o una persiana que necesite reparación, y por lo demás la casa se ajusta a lo que estás buscando, olvida esos detalles porque tienen fácil solución.
#8: Dejarte influenciar por terceros
Por supuesto, tu madre, hermano o tu mejor amiga quieren lo mejor para ti. Pero cuidado con que sus opiniones te influyan demasiado.
Quien va a comprar la vivienda eres tú (o tú y tu pareja). Y aunque tener en cuenta todos los puntos de vista es de sabios, no lo es dejarte influenciar hasta el punto de rechazar una vivienda que te encaja porque algún familiar o amigo empieza a sacarle pegas.
La pregunta es sencilla: ¿Quién va a vivir allí? Más sencilla es la respuesta: tú (solo o con tu pareja y/o hijos). Asegúrate de que la casa elegida sea la adecuada para vosotros, y no para personas que os quieren mucho pero que no van vivir en ella.
Evitar estos errores es fácil si cuentas con la ayuda de expertos
No compramos una vivienda todos los días, y por lo tanto no podemos tener una experiencia que nos permita por sí sola tomar buenas decisiones.
Esta (normal) falta de experiencia, la tenemos que compensar con la máxima información posible sobre todos los factores que entran en juego en la decisión y que pueden decantar la balanza hacia el éxito o el fracaso en la compra: economía, situación personal, zona, características del inmueble, y un largo etcétera.
Por ello ten muy presente todos los errores que no debes cometer para asegurarte de que tomarás una decisión que te haga feliz ahora y en el futuro.
Cuenta con nosotros para ayudarte a evitar estos errores y encuentra la vivienda que necesitas en Mollet del Vallès, Montmeló o Montornès del Vallès. Contáctanos y estaremos encantados de atenderte.