Por más que sea un tema que esté a la orden del día, lo cierto es que un divorcio es una situación que genera mucho estrés por diversos motivos: emocionales, familiares, económicos…
Si además tu expareja no quiere vender su parte de la vivienda familiar, el estrés se multiplica y viene acompañado de muchas dudas. ¿Qué hago ahora? ¿Le trato de convencer? ¿Busco un acuerdo amistoso? ¿Voy a juicio?
En este post vamos a explicarte todas las opciones que tienes para lograr que tu ex venda su parte de la propiedad.
¿Qué opciones tengo si mi expareja no quiere vender la casa?
Si tu expareja no quiere que vendáis la casa en conjunto, la solución más sencilla es la extinción de condominio. Es decir: tú te quedas con la parte de la vivienda que corresponde a tu expareja y le compensas económicamente por ella.
Para ello simplemente debéis firmar ante Notario un acta de extinción de condominio.
OK pero ¿y si tu ex se niega por todos los medios a vender su parte?
En este caso existen tres opciones:
1. Acto de conciliación: solicitas al juzgado llegar a un acuerdo con tu ex, sin interponer una demanda. En este acto puede suceder que:
a. Lleguéis a un acuerdo satisfactorio.
b. Tu ex no cumpla el acuerdo, en cuyo caso deberás solicitar aljuzgado dicho cumplimiento.
c. No lleguéis a un acuerdo o tu ex no se presente al acto. En este caso no habrá más remedio que interponer una demanda.
Aunque no es imprescindible, sí es muy recomendable que cuentes con asesoramiento legal para el acto de conciliación.
2. Acción judicial de extinción de condominio. Aquí entras directamente en un procedimiento contencioso, y por lo tanto vas a
necesitar un abogado sí o sí. Además, deberá intervenir el procurador y un perito judicial. Este último se encargará de tasar la
vivienda a fin de fijar su valor para la subasta. Efectivamente, la vivienda se sacará a subasta pública y ni tú ni tu expareja vais a tener
control sobre el precio en que se venda. El dinero obtenido se repartirá entre los dos a partes iguales.
3. Vender a una empresa que compre proindivisos. Es una opción que está proliferando cada vez más. Consiste en vender tu parte de la
vivienda a una empresa especializada, que se encargará posteriormente de negociar con tu expareja para, o bien comprarle
su parte, o bien vender la vivienda de mutuo acuerdo.
Aunque si bien es cierto que eligiendo esta opción te ahorrarás papeleos y dolores de cabeza derivados de los desacuerdos con tu ex, también lo es que obtendrás un precio bastante inferior al valor real de tu parte del piso, como máximo un 50%.
¿Y si accede a vender pero no está de acuerdo en el precio?
Puede ocurrir que tu ex acabe accediendo a vender la vivienda, pero no se ponga de acuerdo contigo en el precio.
En este caso, y habiendo agotado la vía del intento de acuerdo, podéis solicitar la subasta pública voluntaria. Pero, como hemos dicho antes acerca de las subastas, el precio de venta no lo vais a poder controlar y va a ser bastante inferior al que podáis obtener vendiendo directamente vosotros.
Así que una solución muy adecuada es que antes de plantearos la subasta, acudáis a una inmobiliaria para que fije, de forma objetiva y profesional, el mejor precio de venta de la vivienda. Seguramente dicho precio será satisfactorio para ambos.
Cuidado con estas situaciones
Si tenéis hijos menores, lo más probable es que el juez que dicte la sentencia de divorcio, otorgue el uso de la vivienda a quien tenga su custodia. O bien (si hablamos de custodia compartida) a aquel de vosotros que tenga menos recursos económicos.
En este caso, solo el juez podrá autorizar la venta de la vivienda, y lo hará siempre que considere que dicha venta no supone un perjuicio para los hijos.
Asimismo, si por algún motivo el juez le otorga a tu ex el uso de la vivienda (aunque no tengáis hijos), esta no se podrá vender mientras dure el período de uso dictaminado.
Lo mejor: llegar a un acuerdo amistoso
Te recomendamos que siempre trates de alcanzar un acuerdo amistoso con tu ex.
Emprender acciones judiciales no solo te va a costar dinero y estrés, sino que te va a llevar mucho tiempo. Suelen ser procesos que se alargan entre 2 y 4 años.
Es posible que las reticencias de tu ex a vender su parte del piso o casa, vengan por un miedo a recibir menos dinero del que cree justo.
Acudir a una inmobiliaria donde tasen objetivamente la vivienda, puede ser una buena solución para vencer esta reticencia y llegar a un acuerdo amistoso y satisfactorio para ambos.
En Fincas León llevamos 30 años tasando viviendas de forma profesional y posibilitando a los propietarios obtener el mejor precio por su piso o casa. Haz clic y valora tu vivienda.
No dudes en consultarnos y haz más llevadero el ya de por sí complicado proceso de divorcio.